La cuarentena que estamos viviendo debido al coronavirus, nos esta cambiando nuestra forma de vivir, de relacionarnos con las personas, con el trabajo… algo que nunca hubiéramos imaginado que pasaría, nos ha ocurrido.
Saldremos de esta situación, sin duda, y confiamos en que será más fortalecidos. Fortalecidos porque ha sido mucha la solidaridad y cooperación que ha surgido entre la sociedad. Hemos crecido como personas y como colectivo.
Pero si ha habido un beneficiario de toda esta situación ha sido el planeta, Nuestro Planeta. El parón provocado por las cuarentenas en todos los países, ha sido la causa de que el medio ambiente se haya beneficiado. La contaminación se ha reducido estos últimos días a limites nunca vistos, debido al descenso en la cantidad de desplazamientos, el confinamiento de las personas, la disminución de la producción industrial y consumo, todo ello, ha dado como resultado una mejora en la calidad del aire, menos contaminación, y cielos y aguas limpios.
En todo este tiempo de confinamiento, seguro que más de uno, hemos tenido tiempo de pensar. Y entre esos pensamientos, podría estar, qué podemos hacer para mantener el medio ambiente, una vez que consigamos recobrar nuestro día a día.
Ideas, acciones, con las que mantener este beneficio global que le hemos aportado a nuestro planeta, con unos costes personales muy grandes.
Nosotras os proponemos una idea. Siendo la industria textil, una de las más contaminantes que hay en la actualidad: lo que vestimos deja en la atmósfera 1.715 millones de toneladas de CO2. Podíamos intentar cambiar nuestros hábitos de compra. La ropa que compramos y no nos ponemos, al igual que el concepto de “usar y tirar” propio del fast fashion, tiene un impacto en el planeta inmenso. Según el informe “Pulso a la Industria de la Moda de 2019” el 75% de nosotros estamos preocupados por la sostenibilidad de nuestra ropa.
Comprar lo que necesitas, escoger mejor la calidad de los productos, que sean materiales sostenibles, leer las etiquetas, para saber cuál es su procedencia e imaginar las condiciones laborales de las personas que lo han fabricado, podría ser un buen comienzo.
Es nuestra responsabilidad tomar consciencia de la importancia de cambiar nuestros hábitos de compra y consumo, para poder asegurar la viabilidad de nuestro planeta.
Nuestras acciones repercuten en el medio ambiente, en nuestra mano está el intentar ser más amables con nuestro Planeta.
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