Reutilizar bolsas de plástico viejas es algo que solemos hacer a menudo, pero lo que no resulta tan habitual es reciclarlas para transformarlas en algo distinto. Sin embargo, las posibilidades son casi infinitas, y los resultados realmente fantásticos en muchas ocasiones.
Un mundo de posibilidades
Convertir cualquier tipo de bolsas de plástico en pulseras es posible enrollando finas tiras previamente enroscadas sobre sí mismas sobre un brazalete metálico. O, si lo práctico es lo nuestro, simplemente habremos de cortarlas en tiras y hacer de ellas una sola hebra que finalmente se convierta en cualquier otra cosa: cestas, esterillas, bolsos, etc.
Que una vulgar bolsa de plástico se transforme en una bonita flor que nunca se marchita sólo es cuestión de tomar las bolsas coloridas y echarle paciencia e imaginación.
Por último, las pantallas de las lámparas pueden confeccionarse con el plástico de las bolsas, ya sea por completo o en parte. El proceso consiste en cortarlas en tiras largas y enrollarlas antes de colocarlas una junto a otra.
Ideas para reutilizarlas
Si queremos encontrarles usos rápidos, que no precisen de transformaciones, también es fácil hacerlo de mil maneras. Lo más socorrido es usarlas de nuevo como bolsa, por ejemplo como bolsa de basura o como bolsa de recogida de desperdicios cuando vamos de picnic a la playa o al campo.
También son muy útiles como gorrito de baño cuando para la ducha, como protector para evitar que el tinte manche la ropa o para separar la ropa sucia en la bolsa del gimnasio, pongamos por caso.
Eso sí, no dejemos a los niños jugar con ellas para evitar riesgos innecesarios y, cuando las desechemos, cortemos las asas para evitar accidentes en los animales.
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