Hay temas, de los que te vas dando cuenta conforme vas teniendo vivencias, y una de ellas es que una crianza respetuosa y en sintonía con las necesidades de nuestros hijos/as, lleva asociada una mirada respetuosa también por la Tierra que es la que nos sostiene y también nos necesita.
Como padres y madres somos el ejemplo, la referencia y el modelo a seguir para nuestros hijos/as. Nuestro gesto, sea cual sea, será imitado por ellos y reproducido en su vida adulta, muchas veces de forma automática. Deberíamos ser más conscientes de esto.
Así que si estás en ese momento de replantearte algunos hábitos y cuidar mejor tu trocito de planeta. Para ello te propongo un plan en 10 pasos sencillos y efectivos:
1. Pásate al movimiento Zero Waste ( 0 residuos)
Minimiza al máximo los residuos que acaban siendo basura en casa.
Y basura se entiende que es todo aquello que no se puede reutilizar de ningún modo, que no puede ser compostado (restos orgánicos), ni reciclado, por lo que acabará necesariamente en un vertedero.
Es importante también compactar al máximo la basura (existen ya compactadoras de basura domésticas bastante
asequibles, aunque también puedes hacer muchas cosas manualmente como aplastar las latas).
¿Por qué? Porque así cabrá más basura en una bolsa y por tanto más bolsas en un camión, menos viajes de transporte, menospetróleo, menos contaminación, etc, etc.
2. Adiós al usar y tirar
Utilizamos tantas cosas de usar y tirar sin darnos cuenta… Un ejemplo simple, las servilletas de papel.
Está más que demostrado que se gasta mucha menos agua y recursos utilizando servilletas de tela que no de papel, que además solemos despilfarrarlas como si nada. Es un hecho que cada vez más restaurantes quitan los servilleteros de las mesas, y las ponen en un único sitio, para que se cojan solamente aquellas que se necesitan.
Los portabocadillos o bolsitas porta-snacks reutilizables y lavables, son también una forma alternativa y muy ecológica de prescindir de los envoltorios de usar y tirar.
3. Reutiliza o Recicla
Reutiliza siempre, si no es posible, entonces recicla siempre.
Recicla siempre el vidrio, el papel y cartón, y el plástico que no puedas reutilizar de ninguna manera.
4. Di adiós al plástico
Para esto lo más sensato es no comprar envases de plástico, o los menos posibles.
A veces es tan sencillo como hacer un cambio de concepto. Por ejemplo ¿qué pasaría si cambiamos el bote de gel de baño por una pastilla de jabón?
No solo son menos gramos de plástico que acabarían en los vertederos del mundo, sino que necesitas menos cantidad, pues dura mucho más, y tu piel recibe menos químicos.
Porque si apuestas por jabones artesanos y ecológicos, tu piel se ahorra la exposición a colorantes, perfumes artificiales, parabenos y conservantes en general.
Y si todavía no estás concienciado/a con la necesidad de reducir el plástico en tu vida, da un vistazo a las islas de plástico del Pacífico, a ver qué te parecen.
Más que islas, las están empezando a llamar el séptimo continente, ¡hay una que tiene más de 1.400.000 km cuadrados! Y todas están formadas por plásticos que han acabado en el mar y que las corrientes han llevado hasta ese lugar, y al ser nanopartículas que se han ido fragmentando, la contaminación es mucho más catastrófica, puesto que acaba llegando a nuestros platos.
5. Haz un buen uso del papel
El papel, como el agua, es un bien escaso y hay que sacarle el máximo rendimiento, así que ¡no tires nunca un folio o cuaderno que pueda ser aprovechado!
También puedes pasarte al papel piedra, ese papel 100% biodegradable, que está fabricado sin agua, sin cloro y con restos minerales de las toneladas de residuos de las minas. ¿No te parece una pasada?
6. Vuelve al mercado a comprar
Con las grandes superficies comerciales que importan productos de todo el mundo, hemos perdido de vista lo importante y ecológico que es consumir los productos de temporada ¡y de nuestra zona!
¿Tienes idea de la cantidad de recursos energéticos que implica, y por supuesto la contaminación que provoca, que te comas una manzana de EEUU o de China?
Además, si compras en el mercado semanal de tu barrio o de tu pueblo, ¡estás comprando a granel! Adiós a todos esos envases innecesarios de plástico y petróleo.
Así que por favor, consigue una buena cesta para la compra y disfruta de ir al mercado con tu familia, comprando fresco y de productores locales.
Por supuesto, consumiendo productos de temporada, no solo reducimos la necesidad de importar de fuera, sino que estamos comiendo más saludable, ya que la naturaleza nos aporta en cada estación lo que nuestro cuerpo necesita.
7.Alimentos ecológicos y de comercio justo mejor
Apostando por los productos de proximidad y comprando al granel ya estás haciendo muchísimo por ser un consumidor/a más responsable, el siguiente pasito sería optar por los alimentos ecológicos, que también se denominan bio u orgánicos (pero se refieren a lo mismo).
¿Por qué?
Porque son más saludables, están producidos con un alto nivel de calidad, tienen más vitaminas y nutrientes, no están modificados genéticamente y son respetuosos con el medio ambiente, la naturaleza y los animales.
Casi todo lo que comemos (que no sea ecológico certificado, se entiende) procede de esta empresa de semillas que las cultivan con organismos modificados genéticamente, y que sólo reaccionan ante insecticidas patentados.
Por otra parte, cuando no haya más remedio que comprar productos de importación como el café o el azúcar moreno, ten en cuenta que el que encuentras en un supermercado convencional no proviene de cultivos justos y suele estar siempre ligado a la explotación de personas. Compra los de Comercio Justo (en inglés Fair Trade).
8. Productos de limpieza también ecológicos por favor
Por la salud de tu familia y por la del planeta, utiliza en el hogar productos de limpieza ecológicos.
9. Tu armario también puede ser sostenible
La primera premisa que deberíamos tener todos presente es que no hay prenda más sostenible que la que ya está fabricada.
10. Reduce tu consumo de energía
Seguro que puedes consumir un poco menos con pequeñas acciones en el hogar:
- Cambiar a bombillas LED o de bajo consumo
- Piensa cuánta iluminación es necesaria antes de encender
- Cuidado con el stand-by… Según la Organización de Consumidores (OCU) el stnad-by supone más de 2% de nuestro consumo anual.
- Si no lo usas, apágalo.
Y así, vamos desarrollando esa conciencia y responsabilidad de la que tanto hemos abusado, y nuestros hijos también podrán absorber esa voluntad y ese respeto.
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